Érase una vez, un conejo extraterrestre que comía pasas y avellanas y carne. Un día se puso muy gordo, e hizo
ejercicio, corrió cada día más. También ejercitó la musculatura, y, al final,
recuperó su peso ideal. Se corrompió, y se comió a muchos animales. Pero los
animales que sobrevivieron recurrieron a la justicia del bosque, y esta castigó
al conejo sin comida un mes.
Javier Navarro.
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