CUENTO-Valentine Senga Nganga Munuera


CUENTO.


El aire soplaba muy fuerte y las ventanas no dejaban de crujir, tanto que llegué a taparme los oídos. Quería que volviese el silencio y la calma, quería que todo fuese como antes. Y entonces recordé lo sucedido, todo empezó el día en que mis padres se fueron de viaje y me llevaron a casa de la tía Murien, me mandaron solo en autobús a un pueblo que nadie conocía, el autobús se paró en una calle donde no había nadie.
La tía Murien vivía en una casa en las afueras del pueblo.
De repente apareció la criada de la casa, que me llevó a la habitación donde dormiría, la habitación tenía una cama muy alta de madera y unas ventanas gigantes de cristales amarillos.


Cuando bajé me encontré con la tía Murien que me dio un beso, me pellizcó la mejilla y me llevo al comedor. En el comedor había una gran mesa con mucha comida.
En la siesta me dediqué a investigar la casa, todas las habitaciones eran iguales hasta que de repente vi una habitación que me llamó la atención. Cuando entré me quedé alucinado, dentro de la habitación había un montón de juguetes como trenes, peonzas, platillos volantes... Como siempre la criada apareció por sorpresa y dijo. “A tu tía no le gustaría nada que estuvieses aquí, así que vete y no vuelvas a entrar.”
Yo me asusté y me fui a mi habitación a leer y cuando me di cuenta estaba encerrado. Cuando ya no aguantaba mas decidí salir de allí por la ventana. Me puse en pie y salí, e intenté llegar a la otra ventana, pero se me escurrieron los pies y caí al suelo.


Al despertarme habían pasado dos días y estaba en un hospital viejo que daba miedo. El miedo me hizo recordar, que no me había resbalado, sino que alguien me había empujado desde el piso de arriba y solamente yo sé quien fue...


Valentine Senga Nganga Munuera


FIN.

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