FUENSANTA Y CARLOS


Una mañana Carlos fue a la casa de Fuensanta, cuando llegó se pusieron a jugar con el platillo volante.

El platillo volante se coló en la casa de Sara su vecina, una vieja antipática y que le tenía manía a Carlos; llamaron a la puerta y le contestó su marido, que también era un viejo amargado y feo. Fuensanta saltó la valla de la casa  de Sara y lo cogió. Al oscurecer, Carlos decidió irse a su casa.
A la mañana siguiente Carlos se levantó muy animado para ir a la escuela pero vio que Fuensanta no salía de casa y pensó que estaría enferma, entonces se fue a la escuela.
Cuando Fuensanta se levantó se fue a la plaza para ir a la farmacia, se compró un medicamento y se sentó en el banco y se tomó la medicación, 

después se fue por un camino intransitable a su casa, cuando llegó se sentía muy mal.
Sonó el timbre, Fuensanta tenía miedo porque sus padres no estaban en casa entonces miró por la mirilla de la puerta.Cuando miró era Carlos y abrió rapidamente, Fuensanta le contó porque no había ido a la escuela, y entonces él pensó que tenía razón.


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