Un día yo me asomé
a la ventana de Lola,
una niñita española
que tomaba consomé.
Bajé por las escarelas
a saludar a la bella,
tropecé con la botella:
¡se me rompieron las suelas!
Al levantarme del suelo
yo salí a toda mecha,
Y ella, al verme la brecha,
me dio su lindo pañuelo.
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