EL HOMBRE EN LA RUINA

Había una vez un hombre desesperado, por no triunfar nada en la vida. Su esposa lo había dejado, y los hijos estaban con ella.
Le habían despedido en su trabajo, y estaba en números rojos.
Un día paseando en su coche, que era una de las cosas que le quedaban, fue a un sitio intransitable donde daba escalofríos porque estaba todo muy oscuro. Salió de su coche, y vió un platillo volante a lo lejos.

Se acercó cada vez más y más, y justo al oscurecer, el platillo lo abdujo hacía el planeta Marte. 
El hombre, por una extraña razón,  podía respirar y los extraterrestres, estaban muy animados porque por primera vez veían a un humano.
El hombre no entendía lo que estaba pasando, los extraterrestres le explicaron que ellos no eran malos, y que lo único que querían era regalarle un banco para él solo. En ese momento al hombre se le subieron miles de ideas a la cabeza. Los marcianos le dijeron que no podía gastar por gastar, y que si lo hiciera, algún día se quedaría sin dinero.

Al día siguiente, el hombre no hizo caso a la advertencia de los marcianos y se compró todo lo que había en su ciudad. Cuando se iba a comprar lo que más le gustaba, se quedó sin dinero. En ese momento, hizo caso a lo que dijeron los extraterrestres, y vendió lo que más valor y poca utilidad tenía.
Se quedó con el dinero justo y comenzó una nueva vida.

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